Forjando Justicia: la historia de la primera
ingeniera chilena y latinoamericana

Autoras: Pía Bizama Pino y Romina Toledo Astudillo,
creadoras del proyecto de divulgación matemática: “Las Primas de Germain”¹.

El presente artículo aborda la historia de la primera ingeniera chilena, Justicia Espada Acuña, desde diversas perspectivas, incluyendo la historia, la educación, la sociología y la ingeniería. Combina análisis históricos sobre el acceso de las mujeres a la educación superior en Chile, como el Decreto Amunátegui, con estudios sobre las barreras y facilitadores que enfrentan las mujeres en carreras técnicas. Además, se relaciona con la divulgación matemática a través del proyecto “Las Primas de Germain”, promoviendo un enfoque integral que resalta la importancia de la inclusión de género en campos tradicionalmente masculinos.

Edición: Equipo Editorial Interdisciplinaria, Diagramación: Pilar Trillo, ¹”Nota biográfica al final del artículo”.

 El idioma original en que está escrito este artículo es español. Mencionamos esto para considerar al utilizar la traducción automática que puede generar algunos errores. 

 

    En 150 años las mujeres han pasado de ser el 0% de las personas graduadas en ingeniería en el mundo al 28% en 2023. En Chile, las mujeres aún no alcanzan a representar un tercio de la población de estudiantes y profesionales que se desarrollan en la ingeniería. Podemos hacer el contraste con el área de la salud, donde actualmente las mujeres representan a más del 60% de su población, porcentaje que ha sido alcanzado en más 200 años de participación en el área. Si consideramos que en la actualidad más de la mitad de las personas que ingresan a estudios superiores son mujeres, esto muestra un claro desequilibrio en las áreas a las que ellas se inclinan.

Figura Nº 1. Gráfico 3 de brechas de género en educación superior en 2023 (SIES, marzo 2024).

  Esto puede ser reflejo de una sociedad que asume que una mujer no se inclinará por la ingeniería, tecnología o las ciencias duras, sociedad fuertemente influenciada por la idea de los roles de género, donde las mujeres parecieran ser seres más caritativos, “maternales” y sociables, lo que se opone a la idea de las áreas que requieren objetividad, desapego emocional y, de vez en cuando trabajo en solitario. Pero esto es solo una idea que no se sustenta en la realidad ni en la Historia.

Figura Nº2. Gráfico 2 de brechas de género en educación superior en 2023 (SIES, marzo 2024).

“En Chile, las mujeres aún no alcanzan a representar un tercio de la población de estudiantes y profesionales que se desarrollan en la ingeniería. Podemos hacer el contraste con el área de la salud, donde actualmente las mujeres representan a más del 60% de su población, porcentaje que ha sido alcanzado en más 200 años de participación en el área.”

La entrada de las mujeres a las universidades chilenas

 

 

    Como mujeres, llevamos más de 100 años en las aulas universitarias chilenas y es importante recordar cómo llegamos a este punto.

   Durante la segunda mitad del siglo XIX dos directoras de colegios para mujeres: Antonia Tarragó e Isabel Le Brun, fueron figuras activas en impulsar la formación superior de mujeres. En ese entonces ninguna ley prohibía explícitamente que las mujeres tuvieran acceso a la educación superior, ni que pudieran rendir los exámenes de ingreso pero no era una práctica real. Lo común era que solo hombres aspirasen a estudios universitarios.

     La raíz de esto yace en que el método de ingreso a la universidad en esa época se basaba en la formación con la que los hombres egresaban del liceo; esto es, exámenes de lengua materna y extranjera, Historia y Geografía de Chile y un examen particular asociado a la carrera de ingreso.

    Lo que buscaban ambas mujeres, primero Tarragó y luego Lebrun, era la equidad de condiciones entre hombres y mujeres para el ingreso a la educación superior, ya que las instituciones encargadas de la formación de mujeres de la época estaban centradas en prepararlas para el matrimonio y la crianza de hijos e hijas. Esto lo hicieron mediante el envío de múltiples solicitudes a instituciones gubernamentales.

Figura Nº 3. Monumento a las educadoras chilenas Isabel Le Brun y Antonia. Tarragó de Samuel Román. Fotografía de Felipe Restrepo Acosta.

      La lucha de LeBrun y Tarragó vio sus frutos en febrero de 1877, mes en que el presidente Anibal Pinto y el Ministro Miguel Amunátegui firmaron el Decreto Amunátegui, el que permitió a las mujeres rendir los exámenes para obtener títulos profesionales.

El decreto dice lo siguiente:

“Considerando:

1° Que conviene estimular a las mujeres a que hagan estudios serios y sólidos;

2° Que ellas pueden ejercer con ventaja algunas de las profesiones denominadas científicas;

3° Que importa facilitarles los medios de que puedan ganar la subsistencia por sí mismas;

Decreto:

Se declara que las mujeres deben ser admitidas a rendir exámenes válidos para obtener títulos profesionales con tal que ellas se sometan para ello a las mismas disposiciones a que están sujetos los hombres.”(7)

     Si bien su promulgación no significó un avance instantáneo en las condiciones educativas y sociales de las mujeres, lo que hizo fue demostrar que ahora la posibilidad del ingreso femenino a la universidad se presenta de forma clara usando la ley como herramienta para callar las ideas anticuadas que resonaban muy fuerte en la sociedad chilena de esos años.

   Posterior al decreto año a año, aumentaron las matrículas de mujeres en la educación secundaria, pero el ingreso a la educación superior fue mucho más lento, en 1881 recién ingresó la primera mujer chilena a la universidad: Eloisa Díaz, seguida en 1882 por Ernestina Pérez, ambas obtuvieron el título de médico cirujano en 1887. Eloisa es reconocida como la primera médica de Chile y de América del Sur.

   Es posible notar que las primeras mujeres en ingresar a la universidad pertenecían a la élite chilena, ya que las primeras escuelas secundarias para mujeres eran particulares y no todas las familias tenían el dinero para acceder a ese nivel de educación.

     Aun así, pertenecer a una situación privilegiada económicamente no les facilitó su experiencia universitaria. Como no era bien visto que una mujer se desenvolviera en lugares públicos, las primeras universitarias debieron asistir a clases en compañía de sus madres y tomar clases en la misma sala que sus compañeros pero separadas por un biombo. Algunos profesores, sin duda sumamente conservadores y que no estaban de acuerdo con la actual legislación, ignoraban su participación durante las lecciones, las mandaban a cocinar a suscasas, les bajaban sus calificaciones o usaban las evaluaciones orales para interrogarlas con respecto a su rol de mujer en lugar de las lecciones estudiadas. En sus facultades no había baños para mujeres y a muchas de ellas no se les permitió participar de las actividades en terreno, laboratorio o prácticas clínicas.

    Todo esto solo si nos referimos a la situación dentro de las universidades, porque fuera de ellas debieron hacer frente a la constante crítica de parte de la sociedad por no cumplir su rol de mujer y tener el atrevimiento de quebrantar la imagen de femineidad.

“Aun así, pertenecer a una situación privilegiada económicamente no les facilitó su experiencia universitaria. Como no era bien visto que una mujer se desenvolviera en lugares públicos, las primeras universitarias debieron asistir a clases en compañía de sus madres y tomar clases en la misma sala que sus compañeros pero separadas por un biombo.”

Justicia Espada Acuña Mena

 

 

        Dentro de este contexto, fue recién en 1913 (36 años después de la firma del Decreto Amunátegui), que inició sus estudios Justicia Espada Acuña Mena, la primera Ingeniera de Chile y Latinoamérica.

     En distintas fuentes, es posible encontrarse con que la primera ingeniera chilena es presentada como “Justicia Espada”. Esto se debe a que, por un alcance de nombres, el padre de Justicia, José Acuña Latorre, solía ser confundido por un delincuente de la época, y para evitar inconvenientes a su descendencia, estos fueron inscritos con nombres y apellidos bastante particulares. Es así como, los hermanos y hermanas de Justicia fueron bautizados como Sansón Radical, Australia Tonel, Tucapel Arauco, Chile Mapocho, Grecia Brasil, América del Sur y Arquímedes Capitán.

Figura Nº 4. Autorretrato de Justicia. Foto archivo Foto archivo
facilitada por la Dra. Anahí Gajardo Schulz.

     Justicia Acuña nació el año 1893 en Santiago, Chile. En palabras de la Dra. Anahí Gajardo Schulz, nieta de Justicia “Al interior del hogar Acuña/Mena, los deportes se ejercían en equipos mixtos, no se hacían diferencias intelectuales, y las hijas eran enviadas a comprar solas en la noche; y era difícil que tuvieran miedo, ya que entre los deportes que practicaban se encontraba el box y el gallito, de este último se cuenta que Justicia era campeona”.

    De esta manera y desde muy temprana edad le fue inculcada a Justicia la importancia de la equidad de género y que las mujeres se valgan por sí mismas.

Figura Nº 5. Izquierda, Justicia vestida de “china”. Derecha, Justicia vestida de “payaso”.

      Incursionó durante algunos años en el Instituto Pedagógico del Estado, posiblemente porque era más adecuado para el género femenino, deduce su primera nieta, Mireya Gajardo. Fue en 1913 que inició sus estudios de ingeniería civil en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, carrera que se acercaba más a su verdadera pasión: la matemática.

   “Dada su educación familiar, es muy probable que Justicia enfrentara el desafío de ser la primera sin total conciencia de la proeza que esto significaba; había crecido en una ambiente que negaba la existencia del machismo como concepto, y tal vez justo esto mismo la liberó del miedo que otras tal vez experimentaban”, reflexiona Anahí.

Figura Nº 6. Justicia, hermanas y su padre. Foto archivo facilitada por la Dra. Anahí Gajardo Schulz.

       Una vez en la universidad, debió enfrentarse a los mismos desafíos que todas las mujeres que fueron pioneras en estudios superiores: entró a una universidad en la que no había ninguna mujer, docentes, secretarias ni personal de aseo. Y como le relató a algunos de sus descendientes, sospechaba que algunos docentes le entregaban evaluaciones más complicadas que a sus demás compañeros y algunos de estos últimos le copiaban los trabajos mientras otros no querían estudiar con ella. En palabras de Anahí, su abuela recordaba que “la mayoría de ellos “eran atentos y simpáticos” (…) (Justicia era) Poseedora de un fuerte carácter, no iba a dejarse vencer fácilmente, acostumbrada a las dificultades, iba a enfrentar todos los sacrificios necesarios para destacar entre sus compañeros y sacar la carrera sin ningún retraso”.

    En documentos de archivo (revista Enerjía, mayo de 1913), es posible encontrar un texto redactado por el Centro de Estudiantes de Ingeniería, donde se hace mención especial al ingreso de Justicia a la Facultad:

“Llegó un momento en que una mujer, haciendo caso omiso a los prejuicios i añejeces i no llevando más armas que su cerebro i su carácter indomable, decidió estudiar injeniería; se presentó a bachillerato, siendo ahí distinguida i continúa ahora como alumna de la Escuela, haciendo así que el año 1913 haga época en la historia de la enseñanza de la mujer en Chile”.

Figura Nº 7. Justicia Espada y sus compañeros de generación de 1919. Entre ellos, el futuro Presidente de Chile, Jorge Alessandri. Foto archivo archivo de la biblioteca digital de la Universidad de Chile.

“la mayoría de ellos “eran atentos y simpáticos”
(…) (Justicia era) Poseedora de un fuerte carácter, no iba a dejarse vencer fácilmente, acostumbrada a las dificultades, iba a enfrentar todos los sacrificios necesarios para destacar entre sus compañeros y sacar la carrera sin ningún retraso”.

      Acuña Mena concluyó sus estudios en 1919 con la tesis titulada “Proyecto de Resistencia de Materiales” y sin haber reprobado ninguna asignatura durante los siete años que duró su paso universitario, lo que sin duda constituye un significativo logro para cualquier estudiante de educación superior.

Figura Nº8. Originales memoria de título. Foto facilitadas por la Dra. Anahí Gajardo Schulz.

      Recuerda Mireya que “ella pensaba que no era un gran mérito ser la primera ingeniera, solo estuvo en el momento apropiado pues era de la idea de que cualquiera era capaz de lograr obtener un título, ella solo cumplía con su rol de estudiante”.

Figura Nº9. Certificado de aprobación de Título de Ingeniero Civil otorgado por la Universidad de Chile el 15 de diciembre del año 1919 en la ciudad de Santiago de Chile.[Diploma], 1919 dic. 15 [manuscrito], Santiago de Chile, [a] Justicia Espada Acuña. Universidad de Chile. Foto archivo familiar.

      En 1920 empezó a trabajar para la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), donde ejerció principalmente como calculista de refuerzo de puentes hasta su jubilación en 1954. Entre sus trabajos destacados está el refuerzo de distintos puentes, como el Tinguiririca y el Malleco. Este era un trabajo ampliamente solicitado en la época debido a que, al llegar nuevos ferrocarriles, las vías antiguas debían adecuarse a su peso. Comenta su nieta Anahí: “Las modificaciones realizadas por el equipo que integró Justicia son las vigentes en la actualidad, así que la próxima vez que veas un puente de ferrocarriles, ten por seguro que detrás de esa estructura estuvo el cerebro y el lápiz de una mujer.”

Figura Nº 10. Imágenes del Congreso Sudamericano de Ferrocarriles – Biblioteca de Humanidades
de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Dominio público.

    Justicia pausó temporalmente su carrera profesional para centrarse en formar su familia con Alfredo Gajardo, quien fue su compañero en la universidad, y con quien tuvo siete hijos varones. Posteriormente volvió a la misma empresa, donde lideró diversos proyectos.

    A pesar de la huella indeleble que dejó desde el momento en que optó por estudiar ingeniería, “no le gustaban los reconocimientos, lo demuestra su mala cara en cada una de las ceremonias de premiación a las que le “tocó” asistir. Pero entendía el rol que ella representaba para las mujeres, tal vez por eso estuvo siempre cerca de las nuevas estudiantes de ingeniería, cultivando una especial amistad con la segunda mujer ingeniera: Rocío Jaque”, detalla la Dra. Gajardo.

   Y ese rol continúa vivo hasta hoy, como se puede identificar en algunos reconocimientos que se han hecho en su honor durante los últimos años. Como el cambio de nombre de la torre central de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemática de la Universidad de Chile, la que el 2022 pasó a llamarse Edificio “Justicia Espada Acuña Mena”. Esto como resultado del petitorio alzado por estudiantes de la Facultad durante las movilizaciones del mayo feminista de 2018, reconociendo su huella como un hito que marca el inicio de la participación de mujeres en la facultad.

   Además, años antes, en 1991, el Colegio de Ingenieros de Chile empezó a entregar cada dos años el Premio Justicia Acuña Mena a ingenieras que destaquen en su campo profesional, tras cumplirse 10 años de su inclusión en la Galería de los Ingenieros Ilustres.

     No hay duda del símbolo que constituye la historia de Justicia en la memoria de las mujeres STEM en Chile, pues con su paso nos mostró que todas podemos acceder al espacio público y aún más, al de las ciencias con mayor componente matemático, aunque se nos muestre ya sea de manera directa o indirecta que no es aquel al que pertenecemos. La resiliencia de Justicia sigue viva hoy en la tenacidad y determinación de las ya miles de mujeres que se han titulado de ingeniería en los 111 años que han transcurrido desde que Justicia pisó por primera vez la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.

“…la torre central de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemática de la Universidad de Chile, la que el 2022 pasó a llamarse Edificio “Justicia Espada Acuña Mena”. Esto como resultado del petitorio alzado por estudiantes de la Facultad durante las movilizaciones del mayo feminista de 2018, reconociendo su huella como un hito que marca el inicio de la participación de mujeres en la facultad.” 

Isotipo Interdisciplinaria

Referencias

El ingreso de la mujer chilena a la universidad y los cambios en la costumbre por medio de la ley. 1872-1877, Karin Sánchez Manríquez.

Las mujeres y la masificación de su ingreso a la universidad: los primeros cincuenta años de la promulgación del Decreto Amunátegui, María de los Ángeles Zúñiga Cornejo.

Voces de mujeres en ingeniería: experiencias académicas, obstáculos y facilitadores para permanecer en las carreras. Carolina P. Martínez-Galaz, Valeria I. del Campo y Pamela V.
Palomera-Rojas.

Estudio Exploratorio de Factores que Influyen en la Decisión de la Mujer para Estudiar Ingeniería en Chile. Claudia A. Jiménez, Eduardo A. Jones, Cristian L. Vidal “El ingreso de mujeres a carreras de Ingeniería alcanza sólo el 28% en Chile” (elrancaguino.cl).

Justicia Acuña: la primera ingeniera civil en Chile y Latinoamérica –
https://www.rmujeres.cl/2021/01/21/justicia-acuna-la-primera-ingeniera-civil-en-chile-y-sudamerica/

Decreto Amunátegui: Mujeres a la universidad – https://www.archivonacional.gob.cl/decreto-amunategui-mujeres-la-universidad

Torre central de campus Beauchef es renombrada en honor a Justicia Espada Acuña Mena –
https://uchile.cl/noticias/184866/fcfm-renombra-torre-de-beauchef-en-honor-a-justicia-espada-acuna

Documental sobre Justicia Espada Acuña, primera ingeniera chilena – https://ingenieria.uchile.cl/videos/189183/documental-sobre-justicia-espada-acuna-primera-ingeniera-chilena

Documental Justicia Espada Acuña Mena, realizado por el área Audiovisual de la Subdirección de Comunicaciones de la FCFM – UChile.

La primera ingeniera chilena: Un logro con Justicia – https://ingenieria.uchile.cl/noticias/153579/la-primera-ingeniera-chilena-un-logro-con-justicia

Pía Bizama Pino

Licenciada en Matemática, integrante de la red de mentoras PROVOCA (iniciativa de AUI-NRAO Chile), pertenece a la Red de Divulgación Matemáticas Chile, estudiante del Diplomado en Comunicación de la Ciencia de la Universidad de Chile y co-creadora del proyecto de divulgación matemática: “Las Primas de Germain” (@lasprimasdegermain en Instagram), que tiene el objetivo de formar un espacio amigable para la discusión de la matemática sin prejuicios ni miedos, dándole además visibilización a mujeres matemáticas.

Sus pasatiempos son principalmente el senderismo, los juegos de mesa, leer libros y manga.

Romina Toledo Astudillo

Licenciada en matemática con un diplomado en Didáctica del Cálculo en una Variable. Desde mi egreso en 2020 he reunido experiencia docente en educación superior y preuniversitario, me interesa guiar un trabajo en aula que ayude a disminuir la ansiedad matemática a los estudiantes, además de crear ambientes inclusivos. Junto con Pía Bizama llevamos a cabo el proyecto de divulgación “Las Primas de Germain”. Pertenezco a la Red de Divulgación Matemáticas Chile.

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