El teatro didáctico y científico de Bertolt Brecht

Por: David Atencio Herrera

Fuente imagen: Foto del poeta y dramaturgo alemán, Bertolt Brecht (1898-1956).

“Necesitamos de un teatro que no sólo nos

proporcione sensaciones, sino que emplee

y suscite pensamientos y sentimientos que desempeñen

un papel en la modificación de los contextos”

Bertolt Brecht, Un pequeño organon para el teatro (1948)

La historia nos ofrece varios ejemplos de la rica relación entre arte y ciencia. Métodos de observación rigurosa aplicada por algunos artistas renacentistas, como Leonardo Da Vinci, o el uso de formas geométricas para la proyección arquitectónica en la Antigua Grecia, son ejemplos que exponen un provechoso vínculo entre las representaciones artísticas y las herramientas científico-matemáticas. Pero ¿cómo es posible realizar investigaciones científicas a través del teatro? Esta simple pregunta presenta diversas respuestas dependiendo de cómo comprendemos la actividad de un científico o de un artista, en particular, un artista escénico.

La idea de que el escenario teatral deje de ser un lugar de la apariencia para ser un lugar de revelación, presenta claramente los objetivos científicos del director. Para él, crear es investigar, e investigar es para aprender.

A diferencia del trabajo de imágenes en las artes visuales, el teatro se construye principalmente a partir de la acción. La acción teatral, durante mucho tiempo, fue considerada como un acto mimético de la realidad. Aristóteles comprendía el teatro como un espacio de imitación de acciones humanas, sirviendo como un espejo para la comprensión y experiencia de ciertas complejidades de los humanos. Sin embargo, ese acto imitativo, a partir de la emergencia de las vanguardias artísticas, fue profundamente cuestionado. El teatro moderno1, como parte de la revolución artística del siglo XX, le propone al arte una función activa, transformándose en una herramienta de investigación para la exploración de nuevas formas de comprender el mundo que nos rodea e inventando nuevas realidades que amplían la experiencia de los espectadores frente a la realidad.

Bertolt Brecht, un científico teatral

Bertolt Brecht un cientifico teatral

Fuente imagen: Pixabay.com “Como si el teatro fuera una gran sala de clases, el joven Brecht reformuló la experiencia teatral de sus espectadores, poniéndolos en el centro de la escena, siendo ellos los responsables por la acción de la obra.”

Las primeras experiencias del director y dramaturgo alemán Bertolt Brecht (1898–1956), localizadas temporalmente en el periodo de entreguerras, fueron trabajos de alto carácter experimental y con objetivo didáctico. Como si el teatro fuera una gran sala de clases, el joven Brecht reformuló la experiencia teatral de sus espectadores, poniéndolos en el centro de la escena, siendo ellos los responsables por la acción de la obra. Las obras didácticas de Brecht fueron cinco experiencias desarrolladas al interior de sindicatos de trabajadores y escuelas que proponían un teatro sin actores, sin contemplación, donde espectadores, guiados por textos-modelos, performaban la acción teatral. 

El teatro didáctico utiliza el escenario no sólo como un medio para interpretar el mundo, sino principalmente, como una herramienta para poder cambiarlo. Brecht imagina un espectador atento, no pasivo. Un espectador que se envuelve en la acción escénica no sólo desde lo emocional, sino que desde lo racional. Un espectador que utiliza el teatro como un laboratorio para experimentar y razonar nuevas ideas.

Como si el teatro fuera un lugar de estudio, la obra de Brecht se presenta como un modelo que ayuda a comprender la organización y forma de sistemas complejos

La propuesta brechtiana utiliza al teatro como si se tratara de un laboratorio. Así como un científico analiza un experimento dentro de un laboratorio, el espectador-participante de la obra de Brecht usa el teatro como un modelo para estudiar los comportamientos humanos y los contextos que inciden en sus decisiones. Reflexionando e interactuando, los espectadores-participantes son quienes producen la obra, sin tener una finalidad “contemplativa”, sino que un objetivo “pedagógico”. El teatro como herramienta para aprender ¿Por qué tal personaje hizo eso? ¿Por qué no hicieron esta otra opción? Estas preguntas orientan la creación escénica, la cual es reformada por los espectadores-participantes de la acción, proponiéndoles entenderse a sí mismos como actores de la propia realidad, con capacidad de criticar y de cambiar el mundo.

A partir del estudio de las ideas de Karl Marx, Brecht adopta un objetivo particular que lo diferencia de los creadores de los siglos pasados. Brecht define un programa de trabajo que responda al materialismo histórico, articulando una escena que presenta todas las perspectivas frente a una situación para que los espectadores puedan identificar cuáles fueron las motivaciones de los comportamientos de los personajes. El objetivo de Brecht es enseñar, a través del teatro, el pensamiento dialéctico, ofreciendo herramientas críticas para la sociedad.

Interrumpir para analizar

La propuesta brechtiana utiliza al teatro como un laboratorio

Fuente imagen: La propuesta brechtiana utiliza al teatro como si se tratara de un laboratorio. Así como un científico analiza un experimento dentro de un laboratorio, el espectador-participante de la obra de Brecht usa el teatro como un modelo para estudiar los comportamientos humanos y los contextos que inciden en sus decisiones.”

Distanciándose de las apariencias sociales y naturales, Brecht propone una escena interrumpida por el análisis. Siendo el teatro como una realidad independiente, que se integra a la sociedad de forma dialogante, la escena brechtiana propone una escena-experimento que revela los mecanismos existentes por detrás de las acciones de los personajes-performers. La idea de que el escenario teatral deje de ser un lugar de la apariencia para ser un lugar de revelación, presenta claramente los objetivos científicos del director. Para él, crear es investigar, e investigar es para aprender. 

La interrupción funciona en la obra de Brecht como una estrategia de escenificación en la que se suspende todo elemento emocional, para hacer introducir un elemento racional que discrimina, critica y reflexiona sobre las acciones. Esa interrupción elimina todo enlace, toda conjunción de elementos, para dar lugar a la generación de una nueva realidad. Aún manteniendo lo mimético, Brecht supera la representación por medio del procedimiento de interrupción, provocando una lectura que separa los elementos para poderlos analizar de forma independiente

Brecht imagina un espectador atento, no pasivo. Un espectador que se envuelve en la acción escénica no sólo desde lo emocional, sino que desde lo racional. Un espectador que utiliza el teatro como un laboratorio para experimentar y razonar nuevas ideas.

El teatro brechtiano desorganiza el principio orgánico y naturalista, mostrando la representación como un artefacto, como un sistema-modelo para ser observado y analizado. Una imagen clave para comprender la estética brechtiana es la imagen del planetario que él expone. Más que un espejo, la representación teatral corresponde a un planetario. Como si el teatro fuera un lugar de estudio, la obra de Brecht se presenta como un modelo que ayuda a comprender la organización y forma de sistemas complejos.

Imagine una acción continua. Usted sale de su casa, usted va para un lugar. Usted decide “x” cosa, usted recibe “x” cosa de sus esfuerzos… Interrumpir cualquiera de esas acciones, permitirá darse el tiempo para reflexionar de las consecuencias de tal decisión. Si hago “tal” o “x”, implica “y” o “z”. Mis decisiones determinan el mundo. Mis selecciones, mis decisiones, afectan a los acontecimientos futuros consecuentes. 

La interrupción funciona en la estética brechtiana como mecanismo para el análisis. La interrupción funciona concretamente como una detención en la acción que expone la decisión detrás de “x”. Esa estética interrumpida construye para los espectadores una base analítica que permite determinar cómo las acciones son construidas.

Como si el teatro fuera un lugar de estudio, la obra de Brecht se presenta como un modelo que ayuda a comprender la organización y forma de sistemas complejos.

El teatro como laboratorio, como un planetario para la compresión de los movimientos de los astros, es una estrategia que huye de la representación mimética. El teatro de Brecht propone un lugar activo para los espectadores, volviéndose participantes, convirtiéndose en participantes de la construcción de la representación. 

Si tuviéramos que hablar de las características científicas de Brecht, propongo mirar sus objetivos. Propongo instalarse en una butaca para percibir los mecanismos expuestos en su metodología. Sin dudas un teatro brechtiano posee características científicas, pero ellas recaen en la capacidad de análisis, en la posibilidad analítica, y no en métodos rigurosos para la calificación de “conocimiento”.

Citas y fuentes de consulta

La modernidad artística es un marco histórico que comprende las transformaciones artísticas del siglo XIX y XX en relación a la ruptura con el realismo artístico. Esta interpretación histórica está desprendida de los estudios de José Antonio Sánchez (1992; 1999).

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BENJAMIN, Walter. Ensaios sobre Brecht. São Paulo: Boi Tempo, 2017.

CONCILIO, Vicente. Baden Baden: Modelo de ação e encenação no processo com a peça didática de Bertolt Brecht. Jundaí: Paco Editorial, 2016.

JAMESON, Fredric. O método Brecht. Petrópolis: Editora Vozes, 1999.

SÁNCHEZ, José Antonio. Brecht y el expresionismo. La Mancha: Universidad de la Castilla, 1992.

(Org.). La escena moderna. Manifiestos y textos sobre teatro en las Vanguardias. Madrid: Akal Ediciones, 1999.

David Atencio Herrera

Es director teatral, Magíster en Artes (Pontificia Universidad Católica de Chile, 2015). Como director artístico de la Compañía Tercer Abstracto ha desarrollado un proyecto de investigación sobre la abstracción de las artes visuales y sus desplazamientos a las artes escénicas, trabajando con propuestas escénico-performativas que vinculan Artes y Ciencias. Actualmente es estudiante del Programa de Doutorado de la Universidade de São Paulo, con el proyecto “A cena como procedimiento: estudo e prática dos procedimentos das vanguardas históricas”. 

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Diagramación: Diana Martín, Oswaldo Romero

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