El cambio de paradigma del siglo XIX al siglo XX. Estudio comparativo entre Maxwell y el Impresionismo
Por: David Atencio Herrera
Fuente imagen: El paseo. Mujer con sombrilla. Impresionismo, Claude Monet (1875).
La revolución no-representacionalista del arte
La actividad artística de finales del siglo XIX cuestionó los valores de realidad (o representación de ella) como característica intrínseca a la práctica de la pintura. Pintores como Monet, Renoir, Degas o Cézanne recurrieron a recursos plásticos para expresar algo más allá de la apariencia visible de las cosas. El intento de plasmar la luz, el instante único de la acción del tiempo, fue el objetivo que permitió el abandono de la pretensión “realista” de figurar objetos, produciendo obras de superficies borrosas y vaporosas que expresaban la fugacidad del tiempo, o lo que despectivamente en la época se llamó de impresión de la realidad.
El impresionismo pictórico es un momento clave en la Historia del Arte para comprender las transformaciones que nos llevan hoy al arte contemporáneo. La práctica artística abandonó de forma radical el acto de representación como única vía de creación para explorar en las cualidades físicas de los materiales (pigmento, color, textura, etc.), en los valores compositivos (montaje, estructura, utilización de materiales heterogéneos, etc.) y en la interacción del espectador con la obra de arte1
Fuente imagen: Impresión del sol naciente. Claude Monet (1872).
La analogía de Apollinaire para entender el acto creativo no-representacionalista del arte es esclarecedora: “cuando el hombre quiso imitar el andar, creó la rueda, que en nada se parece a una pierna”. El humano del siglo XX es un inventor, un constructor de realidades, ya no un mero observador.
El Arte es un constructor de la Realidad.
Un cambio de paradigma transversal entre las artes y las ciencias
La llamada visión de mundo mecanicista procuraba la descripción y explicación de todos los fenómenos naturales por medio de la acción, principalmente del choque entre partículas materiales en movimiento. Esta convicción sentó, por ejemplo, las bases de la Mecánica Clásica de Newton, sin embargo cuando en el siglo XIX comenzaron a estudiar fenómenos como la electricidad, el calor o el magnetismo, esta creencia pareció ser cada vez más limitante.
La introducción del concepto de campo en las investigaciones de Maxwell y su metodología basada en la utilización de modelos analógicos para explicar los fenómenos electromagnéticos, funcionan en la Historia de la Ciencia de forma similar a las pinturas de los Impresionistas en la Historia del Arte.
Científico escoses James Clerk Maxwell (1831-1879)
En 1873, James Clerk Maxwell publicó Un tratado sobre Electricidad y Magnetismo, que a seis años de su muerte sintetiza toda su exploración en torno a los campos electromagnéticos. De manera sucinta, los aportes de su investigación se concentran en las llamadas Ecuaciones de Maxwell que explican la relación entre electricidad y magnetismo, unificando las investigaciones de Ampère, Faraday y Lenz.
Si bien sus resultados son realmente relevantes para el desarrollo de la Ciencia en el siglo XX, la metodología empleada por Maxwell es igualmente revolucionaria que sus postulados. El físico escocés empleó modelos mecánicos para darle forma imaginaria al inobservable éter discutido en la época. A través de ilustraciones dinámicas de las líneas de fuerza de las teorías precedentes, Maxwell creó un modelo análogo que le permitió comprender el electromagnetismo.
El carácter revolucionario de su metodología recae en la utilización de modelos que, por medio de analogías, explicaban interacciones no deducibles por medio de las estrategias anteriores del método científico. A pesar de la crítica de sus contemporáneos, Maxwell resolvió un enigma científico a partir de una nueva forma de teorizar la Física. Al igual que el Impresionismo, las conjeturas de Maxwell no emplean una observación representacionista de la realidad, sino que ambos recurren a procedimientos de abstracción e imaginación para estudiar aquello que no es perceptible por nuestros sentidos.
Al igual que el Impresionismo, las conjeturas de Maxwell no emplean una observación representacionista de la realidad, sino que ambos recurren a procedimientos de abstracción e imaginación para estudiar aquello que no es perceptible por nuestros sentidos.
La abstracción como camino para estudiar la relación entre arte y ciencia hoy
La alucinante relación de la revolución no-representacionalista de las artes con las transformaciones metodológicas de las ciencias va en línea paralela. El mismo debate enfrentado en las exposiciones inaugurales del impresionismo, y las vanguardias posteriores, ocurre en las ciencias. El declínio mecanicista vivenciado en las ciencias naturales se corresponde con el declínio figurativista experimentado en las artes. Ambas disciplinas comenzaron a utilizar la abstracción como operación para analizar la realidad.
Antes de finalizar quisiera otorgarle al lector una de las curiosidades más grandes que he encontrado en este estudio comparativo entre la Historia de la Ciencia y el Arte: la primera exposición de arte impresionista ocurrió en el Salón de Artistas Independientes de París en 1874, un año después del tratado sobre el electromagnetismo de Maxwell. Este dato, además de ser curioso, nos permite observar la bisagra de un cambio de paradigma transversal a finales del siglo XIX que dará las bases para las transformaciones del siglo XX. Este giro indica un cambio en la forma de pensar, siendo la producción artística un testimonio del espíritu de esa época.
Así como los descubrimientos sobre el electromagnetismo son los cimientos de la Relatividad Especial y la Mecánica Cuántica, los procedimientos impresionistas son las bases del arte de vanguardia, donde podemos deducir que el concepto de abstracción puede ser el eje clave para comprender la relación entre Arte y Ciencia hoy.
Las artes son memorias de las percepciones de las épocas. Así como la tragedia griega expresa una cosmovisión que nos permite comprender la forma organizativa de la política y la sociedad de la Grecia clásica, el arte contemporáneo es un testimonio de la forma actual de ver el mundo. Las obras de arte de la vanguardia de inicios del siglo XX son documentos sensibles que dan cuenta de una forma nueva de percibir la realidad, la cual ocurre de alguna forma simultáneamente a otros campos de la actividad humana. Así como los descubrimientos sobre el electromagnetismo son los cimientos de la Relatividad Especial y la Mecánica Cuántica, los procedimientos impresionistas son las bases del arte de vanguardia, donde podemos deducir que el concepto de abstracción puede ser el eje clave para comprender la relación entre Arte y Ciencia hoy.
1Me he referido a un lenguaje predominantemente pictórico, sin embargo estas transformaciones son equivalentes también a otros campos artísticos. La búsqueda de Meyerhold de los elementos constructivos de la representación por medio del estudio de la convención teatral o el trabajo sobre el sonido como ruido en las exploraciones musicales de Luigi Russolo, son ejemplos que permiten ver esta revolución de forma transversal en el Teatro, la Música y las Artes Plásticas.
2Esta característica fue cuestionada por los artistas y científicos testigos de los horrores de la Segunda Guerra Mundial y el lanzamiento de la bomba atómica ¿Cómo utilizar debidamente el progreso? ¿Hasta dónde podremos intervenir en la materia sin perder el principio de unidad con la naturaleza? Preguntas que hoy nos parecen profundamente pertinentes a nuestra era.
3Para mayor profundidad sobre el declínio de la visión mecanicista consultar ROQUE, T. & VIDEIRA, A. “A noção de modelo na virada do século XIX para o século XX” en Scientiae Studia, 2013, São Paulo, v.11, n.2, p.281-304.
4Ejemplo de esta limitación se encuentra en las investigaciones sobre la luz. Los científicos de inicios del siglo XIX, bajo la convicción del paradigma corpuscular, trataban de explicar los fenómenos lumínicos a partir de una sustancia hipotética llamada éter. La existencia de un material invisible einfinito sin interacción con los objetos físicos fue cuestionada, generando un indicio anómalo que desencadenaría una revolución metodológica en la ciencia (KUHN, T. A estrutura das revoluções científicas, São Paulo: Perspectiva, 2018, p. 191-198).
Fuentes de consulta
ATENCIO, David. Memoria de obra “Atacama”: metodología de abstracción en torno al color field painting de Mark Rothko. Santiago: Pontificia Universidad Católica de Chile, 2015.
BUNGE, Mario. Teoria e Realidade. São Paulo: Perspectiva, 2017.
FEYERABEND, Paul. Contra o método. São Paulo: Editora Unesp, 2011.
KUHN, Thomas. A estrutura das revoluções científicas. São Paulo: Perspectiva, 2018.
Comentários sobre a relação entre ciência e arte. A tensão essencial: estudos seleccionados sobre a tradição e mudança científica. São Paulo: Editora Unesp, p. 361-373, 2011.
ROQUE, Tatiana. & VIDEIRA, Antonio. A noção de modelo na virada do século XIX para o século XX. Scientiae Studia Revista Latino-Americana de Filosofía e História da Ciência . São Paulo, v.11, n.2, p.281-304 , 2013.
David Atencio Herrera
Es director teatral, Magíster en Artes (Pontificia Universidad Católica de Chile, 2015). Como director artístico de la Compañía Tercer Abstracto ha desarrollado un proyecto de investigación sobre la abstracción de las artes visuales y sus desplazamientos a las artes escénicas, trabajando con propuestas escénico-performativas que vinculan Artes y Ciencias. Actualmente es estudiante del Programa de Doutorado de la Universidade de São Paulo, con el proyecto “A cena como procedimiento: estudo e prática dos procedimentos das vanguardas históricas”.
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Diagramación: Diana Martín, Oswaldo Romero
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